Liberto de Complutum

De esclavo a cargo público

En Complutum la esclavitud fue una institución corriente, pero en la práctica cotidiana, fue algo más complejo de lo que se piensa. Los epitafios de algunos esclavos y libertos dejan constancia de ello. Conocemos el ejemplo de Lucius Iulius Secundus, un esclavo complutense que consiguió convertirse en liberto y pertenecer al colegio de seviri augustales.  En el Imperio Romano un esclavo adinerado podía comprar su libertad y ascender en la escala social, aunque siempre quedaba ligado a sus propietarios de alguna manera. Los datos que se conocen de este liberto provienen de una inscripción procedente de Complutum en la que se podía leer:

Recreación de una inscripción dedicada a un Seviri Augustal de Complutum
Consagrado al panteón de Augusto. Lucius Iulius Secundus, liberto de Lucius (…) servil augustal, hizo que fuera puesto a su costa y de la misma manera lo dedicó.

El colegio de seviri augustales era una institución urbana que utilizaban los libertos como vía de promoción social. Éstos se encargaban del culto a los dioses y a la dinastía gobernante mediante actos religiosos que costeaban ellos mismos.  Por lo general estos libertos solían estar dedicados a actividades artesanales, comerciales o financieras. Acceder a este cargo era una manera de manifestar su ascendencia económica en el contexto de la comunidad local. Además, pertenecer a esta institución daba acceso a sus miembros a conseguir la ciudadanía romana.

El dato

La mayor concentración de inscripciones referidas al sevirato augustal se da en la Península Itálica, la Galia e Hispania, por lo que parece que se trató de una institución propia del ámbito latino-occidental del Imperio Romano. Esta inscripción en concreto ha sido datada en el siglo II d.C.

El culto a los Santos Niños a lo largo de la historia ha marcado en gran manera a la ciudad de Alcalá de Henares. Tanto es así, que Justo y Pastor, los niños mártires, son los patronos de la ciudad. El origen de su historia se remonta a la ciudad romana del siglo IV d.C., Complutum, y ha llegado hasta nosotros difundida por diferentes autores.

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La historia de Varia ha llegado hasta nosotros gracias a las labores arqueológicas realizadas en la Casa de los Grifos. El estudio pormenorizado de las pinturas recuperadas en esta domus hizo que los investigadores encontrasen un grafito con el nombre de Varia en una de las estancias de la casa, en concreto en la denominada U.

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Se ha podido constatar que en el año 350 d.C. se registró un terremoto en el yacimiento de La Magdalena, que provocó su abandono de forma repentina en el siglo IV. Según las investigaciones, el terremoto solo fue de ámbito local y dejó claras evidencias en el registro arqueológico del yacimiento y del entorno próximo, como muros basculados, plegados y desplazados, e incluso tumbas deformadas en la necrópolis.

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Aunque se desconoce su identidad, los arqueólogos han podido identificar en uno de los mosaicos recuperados en las primeras excavaciones de Complutum a uno de los primeros médicos de Madrid, un complutense. El personaje en cuestión aparece en el mosaico de Aquiles, perteneciente a una gran sala pavimentada del Mausoleo de Aquiles.

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